Ciudadano Kane, ¿la mejor pelicula de la historia?

La película «Ciudadano Kane» ha salido en varias ocasiones clasificada como la mejor película de la historia del cine. Es un poco complicado y excluyente el hacer tal consideración, pero sin duda fue una película revolucionaria en muchos sentidos, y hoy nos vamos a centrar en su valor desde el punto de vista fotográfico.

Orson Welles la rodó en 1940 con solo 25 años. El estudio RKO (que distribuyó las primeras películas de Disney y algunos clásicos como ‘King Kong’ o la fabulosa ‘La fiera de mi niña’) le dio carta blanca después del inesperado éxito que tuvo con la adaptación radiofónica de ‘La guerra de los mundos’ de H.G. Wells en 1938, en la CBS.

En cierta manera esta primera película supuso el fin de su carrera. Todo el mundo lo reconoce, porque provocó tanto a las altas esferas que se aseguraron de destrozar su vida. Y todo porque esta película está basada en la figura del magnate de la prensa William Randolph Hearst. Todos sus periódicos hicieron una campaña salvaje en contra de la película. En parte logró su objetivo. La película fue un fracaso en taquilla, y provocó que Orson Welles tuviera problemas a partir de entonces para financiar sus nuevos proyectos.

Ciudadano Kane’ cuenta la vida de Charles Kane, un magnate de la prensa que muere en soledad. En la primera escena de la película se ve la muerte de Kane y como pronuncia las palabras : “Rosebud”, con esa escena fantástica de la bola de cristal que cae de sus manos y donde se vé reflejada la imagen. Desde ese momento y con una estética rompedora, un grupo de periodistas investigan la vida y obra del personaje intentado descubrir qué significa esa última palabra que pronunció en vida.

Lo primero que tenemos que hacer es recordar que la formación artística de Orson Welles es teatral. Empezó a los quince años y en 1937 fundó el ‘Mercury Theatre’ de Nueva York. Ahí dirigió e interpretó las obras más populares de Shakespeare.

Y esa forma de entender el mundo se reflejó perfectamente en su opera prima. Cuando visionamos ‘Ciudadano Kane’ estamos viendo teatro en estado puro, con la fuente de inspiración del expresionismo alemán de Max Reinhardt. El trabajo de Max Reinhardt fue una revolución. De repente la luz y su contrario la sombra toman protagonismo. Los claroscuros forman parte de la historia por su fuerza expresiva. Y los escenarios se estiran para dar forma a la personalidad de los personajes. Esta forma de jugar con la luz se trasladó al cine, ya lo vimos en la anterior entrega cuando comentábamos la influencia en “El gabinete del doctor Caligari”.

Orson Welles tenía un objetivo claro en el aspecto técnico: demostrar que, con muy pocos medios, es posible rodar en un estudio y simular que estamos viendo una gran mansión, un teatro de ópera… Nos descubrió que no hace falta enseñar, tan solo insinuar.

Gregg Toland el director de fotografía de la película, estudió ingeniería en una escuela técnica. Pero a los quince años la abandonó para trabajar como asistente de fotografía. Y con solo 27 años se convirtió en el director de fotografía más joven de Hollywood.

Trabajó en los estudios de la Metro Goldwyn Mayer, donde siempre le dejaron libertad. Creó un equipo sólido con el que trabajó siempre: Bert Shipman, segundo operador, W.C. McClellan como jefe de maquinistas, Ralph Hoge de maquinista y Edward Garvin como foquista.

Siempre se dice que la fotografía de ‘Ciudadano Kane’ es innovadora. Es verdad, pero sería más justo decir que llevó al extremo todos los avances logrados hasta entonces. Y todo con una única idea en común: que la luz fuera protagonista.

Hay que destacar, que conociendo la egolatría de Orson Welles, supone un homenaje a Greg Toland, el hecho de que en los créditos de la película aparece el nombre de Toland como director de fotografía al mismo nivel que el de Orson Welles, como director. Este hecho se había producido anteriomente con la película “Hombres Intrépidos” en la cual John Ford también incluyó el nombre de Toland al mismo nivel que el suyo propio como director.

Antes de ponerse a rodar la película, planificaron con maquetas todos los planos hasta completar los 119 minutos que dura. Pero vamos a señalar los cuatro pilares de la fotografía de ‘Ciudadano Kane’:

La profundidad de campo.

Toland llevaba tiempo profundizando en esta técnica para conseguir nitidez del primer al último plano. De hecho fue uno de los primeros que empezó a hablar de la famosa distancia hiperfocal. Y a juzgar por los resultados, no iba desencaminado. Toland trabajo con esquemas de iluminación en donde la sombra era una herramienta más importante, más dramática y que la utilizaba para separar el primer plano del fondo y generar un espacio dentro del plano bidimensional en el que todo estaba en foco. Otros recursos que utilizo para lograr mayor profundidad de campo fue incrementar la cantidad de luz para trabajar con diafragmas f 0.8 y f 1.6 en lugar de los habituales f.2,3 y f.3,5; ópticas más luminosas, y la película de mayor sensibilidad que había en el mercado. Las ópticas fueron tratadas por el mismo con Vard Opticoat para reducir los reflejos internos y lograr mayor transmisión de la luz. Además, modifico partes de la cámara Mitchell para obtener mayor maniobrabilidad y movimientos con la misma.

La profundidad de campo aporta economía de planos, al mostrar en uno sólo diversos elementos a la vez.

Es famoso el plano que comienza con un Kane niño jugando en la nieve y se va ampliando hasta abarcar el interior de la casa con la madre en primer término, la ventana en segundo y Kane al fondo. Todo el encuadre está en foco y el espectador puede distinguir todas las acciones.

Lo mismo sucede en la escena en la que Orson Welles, termina de escribir la crítica de la actuación de su querida, que tenia ínfulas de diva de la opera, pero que era un auténtico desastre.En la escena podemos ver a Welles en primer plano y todo el resto totalmente enfocado.

El uso del objetivo angular.

Durante toda la película vemos a través de un 18,5 mm. Los objetos cercanos son mucho más grandes que los más lejanos, dando un aire extraño a toda la película. El estilo Welles que está presente en todas sus obras. A la excepcional abertura del ángulo de visión se debe la utilización de techos, indispensables para ocultar las superestructuras del estudio. El gran angular, por contrapartida, deforma sensiblemente la perspectiva, pero Welles uso también ese defecto como una virtud para mostrar su propia visión. El estiramiento en profundidad de la imagen unido a unas tomas casi constantemente en contrapicado crea en todo el filme una impresión de tensión y de conflicto: tales como si la imagen fuera a desgarrarse.

El uso de la luz.

 Ya lo hemos hablado, pero por primera vez en el cine moderno la luz no ilumina todo el plano. Hay sombras y luces. Y ambas manifestaciones son importantes. Toland descubrió que no es importante mostrar todo. Es el mago de la insinuación. Se distinguen dos estilos: una luz de contrastes suaves relacionada con la juventud y la llegada al poder de Kane, y una luz muy contrastada con fuertes penumbras (expresionista) que caracteriza a la corrupción y la decadencia del personaje. La escena en la que Kane escribe su declaración de principios es bien notable el uso de la iluminación con fines dramáticos y expresionistas.

Los personajes se iluminan en el fondo y caminan por las áreas oscuras hasta el primer plano. El uso de la sombra sobre la luz, conocida como iluminación discreta, influyó en lo que luego se conocería como el género del cine negro.

Los encuadres.

Precisamente todos los puntos anteriores sirvieron para cambiar los puntos de vista y volver a los orígenes del cine mudo, con los picados y contrapicados. De hecho, es la primera película en la que se ve el techo de forma clara y premeditada. La cámara está situada en algunas secuencias debajo del suelo. Y esto provocó cambios en la iluminación.

Es pues mucho más verosímil que el procedimiento corresponda a una intención estética precisa: imponemos una determinada visión del drama. Visión que se podría calificar de infernal, ya que la mirada de abajo arriba parece provenir de lo más hondo de la tierra. Los techos, al impedir toda escapatoria, completan la fatalidad de esta maldición. La voluntad de poder de Kane nos abruma pero es a su vez abatida por el decorado. A través de la cámara, en la misma mirada con la que Kane intenta comunicamos su poder, adivinamos su inevitable fracaso

 

Superposición de imágenes.

En el caso de Ciudadano Kane, Welles no conocía la existencia de la impresora óptica (también llamada Truca) que permitía hacer combinación de tomas. Se hacían por separado y luego de combinaban. La conoció en el laboratorio de cine en donde le explicaron su funcionamiento y lo que se podía hacer con ella, y desde ese momento fue un equipo muy importante para la película.

 

Eliminación del plano-contraplano

Debido a su experiencia teatral, Welles utilizo abundantes planos largos eliminando el muy utilizado plano-contraplano de Hollywood, permitiendo de esa manera mayor libertad y linealidad a los actores. Para los cambios de secuencia utilizo preferentemente los fundidos y los encadenados.

Para terminar solo me queda aconsejaros la visión o revisión de la película, porque sin duda es una de las grandes obras maestras de la historia del cine.